La importancia de entender a tus clientes

La importancia de entender a tus clientes

El cliente siempre lleva la razón, o al menos eso dicen. Sea eso verdad o no, lo que sí parece cierto es que una de las mejores formas de evitar problemas con la clientela a posteriori es anticipándose a ellos.

Para ello se hace imprescindible realizar previamente un trabajo de investigación que ayude a entender cuáles son las necesidades de quienes van a consumir nuestro servicio. Tener claro cómo es nuestro público objetivo nos asegurará un mínimo de clientes y su fidelidad.

El primer paso para llegar al éxito es, pues, entender cuáles van a ser tus compradores potenciales. Una buena técnica es usar las encuestas para saber qué espera la gente de tu producto y así darles exactamente lo que desean.

Estas encuestas pueden hacerse de la forma tradicional -por teléfono o yendo puerta a puerta- o echando mano del mundo digital. Además, preguntar a los clientes también te servirá para ganar feedback y adaptar tu servicio en el futuro a sus expectativas.

Además de estudiar la clientela, se hace imprescindible adoptar una actitud empática que no solo te ayudará a entender qué quiere, sino que mejorará también la imagen de la compañía y te permitirá ganarte la confianza de más y más consumidores.

En este mismo sentido, es recomendable no dejarlo todo en manos de un ordenador. Debe ofrecerse una experiencia personal y humana, que el cliente se siente apreciado y único. Hay que anteponer el comprador a todo lo demás.

¿Pero cómo se consigue todo esto? Prueba a vender una historia, no solo un producto. Para llegar a la fidelización de la clientela, hay que ofrecer una emoción, un gancho que la ligue para siempre a una marca.

No dudes en estudiar también la competencia, aprender de sus aciertos y de sus errores, y procurar diferenciarte de ella. Los consumidores fieles a tus rivales no dejarán de confiar en su marca de cabecera a no ser que les hagas sentirse especiales.

Comprender qué quiere exactamente el cliente es lo que llevará a una empresa al triunfo absoluto. En un mercado tan competitivo como el de hoy, para sobrevivir hay que ser muy consciente de que, si no se le da lo que quiere, no tendrá ningún reparo en buscar en otra parte un servicio con mejor relación calidad-precio.

Antes de hacer la compra final, la gente suele buscar alternativas y, si después de la compra viene el arrepentimiento, quien más caro lo va a pagar será, sin duda, la compañía.

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